Cinco semanas de inmersión en Yale University

15 de junio. Juan Cruz Carrau recibió un correo electrónico de la UM con una propuesta que en ese momento le pareció tan espectacular como utópica: Santander ofrecía a los estudiantes de todas las universidades Santander del mundo la posibilidad de presentarse a una beca para asistir al Summer Session de Yale University. «Cuando la vi, pensé: “Qué tremenda experiencia, pero no creo que la saque…», recuerda el alumno de Ingeniería Civil de la UM. Se presentó y fue uno de los 12 estudiantes seleccionados, entre 1.200 que aplicaron en todo el mundo. Además, el único uruguayo.
Voló a EEUU en julio y estuvo durante cinco semanas en Yale. Los otros estudiantes que ganaron la beca eran de Argentina, Escocia, España, Inglaterra, México, Polonia y Puerto Rico. La beca cubría el alojamiento, la comida y el programa. Para aplicar, era necesario tener entre 18 y 24 años, presentar la escolaridad, el nivel de inglés y un ensayo. Contó que entre los demás universitarios que cursaban el programa de verano, había jóvenes de varios países, en especial, muchos asiáticos. “Conocí realidades de todo el mundo, muy diferentes”, aseguró. Y agregó que se hizo varios amigos.
Dentro del programa, podía elegir entre diferentes cursos. Optó por uno de Termodinámica y de Diseño Web. Los dos le parecieron muy buenos. Sobre el primero, dijo: “Estuvo tremendo porque el profesor era un salado, era un apasionado de la materia. Estaba toda la clase sonriendo”. Luego de asistir a clases, se reunía con otros universitarios a estudiar: “Había ambiente de estudio”. Además, se sumó a otras actividades: visita a la galería de arte de Yale, partido de béisbol de los Yankees, musicales en Broadway, entre otros. Cuando terminó el programa, viajó a Boston, Harvard, MIT, Washington y New York. Regresó a Montevideo el lunes 12 en la madrugada. Horas más tarde, estaba en un salón de clases de Facultad de Ingeniería listo para comenzar el segundo semestre